La Unión Europea registrará la entrada de biodiésel argentino por posibles subvenciones ilegales

La medida decidida por la Comisión Europea (CE) ha sido publicada por el Diario Oficial de la UE, lo que quiere decir que entrará en vigor a partir de este viernes.

El pasado noviembre la Comisión anunció el inicio de una investigación «antisubvenciones» relativa a las importaciones de biodiésel originario de Argentina e Indonesia, a raíz de una denuncia presentada un mes antes por el Consejo Europeo del Biodiésel, en nombre de productores que representan más del 25% de biodiésel que se genera en la Unión.

A raíz de ese anuncio, dicha asociación pidió a la CE que se llevase a cabo un registro de las importaciones del producto afectado, con idea de que pudiesen aplicarse posteriormente medidas compensatorias «antisubsidios» si la investigación llega a demostrar que compiten deslealmente con la producción europea de biodiésel.

La Comisión subrayó que esas importaciones se han incrementado y que prevé que mantengan esa tendencia.

Como esa situación «podría minar el efecto de cualquier derecho (arancelario) que les fuera impuesto» y al considerar que la asociación denunciante «ha proporcionado pruebas suficientes» de un «perjuicio importante y difícil de reparar» para la industria europea, Bruselas decidió solicitar a las autoridades nacionales de aduanas de los Veintisiete el registro de dichas importaciones.

«La decisión de hoy sólo concierne al registro, y el mismo no prejuzga de ninguna manera el resultado de la investigación antisubsidios en curso», indicó a Efe el portavoz comunitario de Comercio, John Clancy.

El registro de las importaciones argentinas e indonesias de biodiésel en el marco de una investigación antisubsidios se suma a la decisión, tomada por la Comisión a finales de enero, de iniciar el registro de las mismas importaciones pero como consecuencia de otra investigación «antidumping» paralela (al sospechar que los precios de importación están por debajo de los de origen).

El registro de importaciones permite la aplicación retroactiva de derechos aduaneros compensatorios por un máximo de 90 días antes de imponer derechos provisionales, si es que se comprueba que hay lugar a ellos, indicaron fuentes comunitarias.

En el caso de la investigación antisubsidios de las importaciones de biodiésel de Argentina e Indonesia, la fecha límite para tomar una decisión sobre si es necesario imponer medidas provisionales es el próximo 10 de agosto.

Clancy insistió en que esta decisión no significa que automáticamente se vayan a imponer derechos compensatorios desde el día de inicio de los registros, sino que la determinación sobre la retroactividad de deberá tomar al término de la investigación antisubsidios (prevista para el próximo diciembre).

APPA Bicarburantes sostiene que la propuesta de la UE de limitar los biocombustibles convencionales no tiene ninguna base científica

La propia Comisión reconoce que estos cambios en el uso de la tierra suponen un «fenómeno imposible de observar o medir directamente» y que su estimación es «inherentemente incierta», afirmó García durante las jornadas ‘Biocarburantes y modelo de transporte’, organizadas por Ecologistas en Acción, Amigos de la Tierra y Transport and Environment.

Junto a esto, ha subrayado que el sector se ha dimensionado en la UE para cumplir el objetivo del 10% para 2020 fijado hace cuatro años en la directiva de energías renovables por lo que limitar los biocarburantes convencionales, como propone ahora la Comisión Europea, supone cambiar las reglas del juego a mitad del «partido», lo que resulta «inaceptable».

En relación con las nuevas generaciones de biocarburantes, García ha manifestado que «el sector comparte la necesidad de incentivarlos», para lo que ha propuesto establecer un objetivo obligatorio de consumo del 2% para 2020, en lugar del sistema de contabilidad múltiple que propone la Comisión Europea.

El presidente de APPA Biocarburantes ha señalado además que la alternativa al consumo de biocarburantes sería principalmente el petróleo de fuentes no convencionales, entre ellas arenas y pizarras bituminosas, lo que presenta mayores impactos medioambientales y emisiones de gases de efecto invernadero.

Respecto a la acusación de que el uso de biocarburantes provoca una menor disponibilidad de alimentos en el mundo y un encarecimiento de sus precios, García ha señalado que la incidencia de los biocarburantes ha sido mínima.

Según dijo, estos cultivos utilizan menos del 3% de las tierras agrícolas mundial y su producción es complementaria a la obtención de materias primas para la alimentación animal. El crecimiento de los países emergentes el principal factor de tensionamiento del mercado agroalimentario, dijo.

Óscar García también ha apuntado que la deforestación de los bosques tropicales disminuyó un 25% entre 2000 y 2010 con respecto a la década anterior, mientras que la producción de biocarburantes se incrementó de manera exponencial, por lo que su responsabilidad en esta problemática es escasa.

Óscar García Moyano es elegido por APPA como nuevo presidente de su sección de biocarburantes

El nuevo presidente de la asociación que agrupa a los fabricantes de biodiésel y bioetanol en España es actualmente consejero delegado de Bio-Oils Huelva, empresa que opera una planta de producción de biodiésel en Palos de la Frontera.

Natural de Barcelona, García Moyano es licenciado en Ciencias Empresariales y MBA por ESADE. Tras iniciar su carrera profesional en el campo de la consultoría estratégica, trabajó posteriormente en el sector eléctrico y en el de telecomunicaciones.

APPA Biocarburantes agrupa en la actualidad a veinte empresas representantes de la mayor parte de la producción de bioetanol y biodiésel en España.

Las ventas de biocarburantes crecieron un 17% durante 2011

En concreto, las ventas alcanzaron los 2.366.801 m3. Por tipo de biocarburante, las ventas de biodiésel ascendieron a 1.830.810 m3 (77% del total del biocarburante comercializado), las de bioetanol a 444.795 m3 (19%) y las de hidrobiodiésel a 91.196 m3 (4%).

El informe también mostró que aumenta la participación de los biocarburantes sobre el total de los carburantes de automoción. Los biocarburantes susceptibles de ser mezclados con gasóleo (biodiésel e hidrobiodiésel) supusieron el 7,19% en volumen del total del carburante diésel comercializado en 2011; por su parte, el bioetanol alcanzó el 6,34% de las gasolinas de automoción.

De acuerdo con los datos, el biodiésel se produjo principalmente a partir de soja argentina (48%) y palma indonesia (35%). España descendió en 2011 tanto en el reparto porcentual de países suministradores de materias primas (4,5%), como de países de producción del biodiésel (24,5%). Así, el principal país de producción fue Argentina (45%).

Por su parte, el hidrobiodiésel se produjo exclusivamente a partir de aceite de palma procedente de Indonesia (13%) y Malasia (87%). Los principales países de producción fueron Singapur (71%) y España (22%).

Mientras, el bioetanol fue producido principalmente a partir de maíz (49,5%), caña de azúcar (25%) y trigo (18%). Brasil continúa ocupando el primer puesto en cuanto a los países de cultivo de materia prima (29,5%), seguido de España (27%). Casi el 60% del bioetanol se fabricó en España.

La utilización de estos biocarburantes habría permitido una reducción estimada global de emisiones de gases de efecto invernadero del 40% (35% por el uso de biodiésel, 30% por el uso de hidrobiodiésel -asumiendo que el proceso de transformación no incorpora captura de metano- y 66% por el de bioetanol).

En el saldo exterior, destacó el fuerte incremento de las importaciones de los biocarburantes susceptibles de ser mezclados con gasóleo, impulsado tanto por las importaciones de biodiésel como por las de hidrobiodiésel.

APPA lamenta el fin de las ventajas fiscales al biocarburante y espera su restitución

«APPA Biocarburantes lamenta la desaparición del incentivo fiscal aplicado a los biocarburantes en el Impuesto sobre Hidrocarburos (ISH)», afirma su director, Manuel Bustos, en unas declaraciones difundidas por la asociación.

No obstante, APPA «espera» que este incentivo «pueda ser restablecido próximamente para los biocarburantes comercializados en presentaciones etiquetadas como, por ejemplo, B30, B100 y E85», añade el directivo de la asociación.

Esta desaparición de exenciones están provocando previsiblemente una subida de precios de la gasolina y del gasóleo desde el 1 de enero. El nuevo impuesto obliga al consumidor a pagar 2,35 céntimos por cada litro de bioetanol (mezclado con gasolina) y 3,02 céntimos por cada litro de biodiésel (mezclado con gasóleo).

En el surtidor, la medida puede tener un efecto automático de subidas del 0,3% sobre los precios actuales, ya que el porcentaje actual de mezcla de biodiésel sobre el gasóleo se sitúa en el 9,43%, mientras que la mezcla de bioetanol en gasolina ronda el 7,45%.

APPA solo aceptará abrir las cuotas a Argentina si hay un desbloqueo inmediato

La asociación empresarial APPA Biocarburantes solo aceptará la nueva orden ministerial que permite la participación en el modelo de cuotas de biodiésel a plantas de cualquier ubicación geográfica, incluidas las de Argentina e Indonesia, en caso de que el Gobierno convoque de forma «inmediata» el procedimiento de asignación que interrumpió en octubre.

En una declaraciones remitidas por APPA Biocarburantes, su director, Manuel Bustos, recuerda que «el sector lleva ya tres años esperando a que esta regulación se ponga en marcha y su situación sigue siendo muy crítica».

La asociación considera que las principales modificaciones introducidas por la orden ministerial sobre biodiésel para ampliar su alcance a todos los ámbitos geográficos «carecen de justificación», indica Bustos.

No obstante, APPA «valora positivamente su aprobación final solo en la medida en que la Secretaría de Estado de Energía convoque de manera inmediata el procedimiento de asignación que interrumpió el pasado mes de octubre», añade.

Con la modificación de la orden ministerial, el nuevo sistema de cuotas al biodiésel deja de beneficiar únicamente a los productores de España y de la Unión Europea y, con ello, elimina cualquier connotación de represalia contra Argentina, que había denunciado esta norma ante la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Esta orden del biodiésel había sido presentada por Industria en el primer Consejo de Ministros tras el anuncio del Gobierno argentino de su decisión de expropiar a Repsol un 51% de YPF.

Industria reformula la orden de cuotas para el biodiésel y permitirá la participación a plantas de Argentina e Indonesia

De esta forma, la norma deja de beneficiar únicamente a los productores de España y de la Unión Europea, como venían reivindicando los titulares de plantas españolas, y deja de suscitar cualquier connotación de represalia contra Argentina.

Esta orden del biodiésel había sido presentada por Industria en el primer Consejo de Ministros tras el anuncio del Gobierno argentino de su decisión de expropiar a Repsol un 51% de YPF. El propio Ejecutivo había indicado que en la reunión se abordarían medidas de respuesta a la decisión de Argentina, y la limitación a la entrada del biodiésel se perfilaba como la de mayor envergadura.

La orden ministerial publicada en el BOE un día después de aquel Consejo de Ministros identificaba a los sujetos que pueden solicitar las nuevas cuotas de producción de biodiésel y especificaba que las plantas de producción deben estar «ubicadas en España o en otro Estado miembro de la Unión Europea».

Además, presentaba la norma como una medida para «contribuir a la seguridad de abastecimiento energético, acrecentar la independencia energética y reducir el coste de las importaciones de petróleo, así como impulsar el sector de la producción de los biocarburantes español y comunitario».

De esta forma, se dejaba fuera del nuevo sistema de asignación de cuotas a las importaciones de biodiésel, especialmente de Indonesia y Argentina, que son los mayores proveedores. En el caso de Argentina, estas importaciones equivalieron a 719.473 toneladas en 2011 y alcanzaron un valor de 750 millones de euros.

No obstante, una orden ministerial publicada este sábado en el BOE modifica la del 20 de diciembre y elimina cualquier restricción geográfica. A partir de ahora, pueden solicitar cuotas de producción «los titulares de plantas o unidades de producción, independientemente de su ubicación geográfica», señala la orden.

En la solicitud de cuotas, los titulares deberán indicar la razón social, la ubicación de la empresa, el titular, el número de identificación fiscal y el código de actividad o establecimiento, «o documento equivalente en el país donde se ubicara la planta». Eso sí, tienen un plazo de 30 días a partir del 20 de diciembre para hacer las gestiones.

La nueva orden también eleva en medio millón de toneladas, hasta 5,5 millones de toneladas, las cantidades de producción sometidas al sistema de asignación de cuotas y establece que la convocatoria de reparto de estas cuotas será resuelta por la Secretaría de Estado de Energía.

Industria asegura que «el objetivo de esta modificación es aumentar el biodiésel disponible en el mercado español para el cumplimiento de los objetivos obligatorios de biocarburantes, dotando al mercado de la competitividad necesaria, tanto en precio como en calidad».

La primera orden ministerial, en la que se limitaba la entrada del biodiésel argentino, había provocado una queja formal de Argentina ante la Organización Mundial del Comercio (OMC).

A mediados de octubre, a los seis meses de la aprobación de la norma, el Ministerio de Industria dejó sin efecto la primera convocatoria de asignación de cuotas con el argumento de que «puede tener una repercusión negativa en los precios de los combustibles de automoción en un momento, como el presente, en el que estos alcanzan máximos históricos».

Industria reformula la orden de cuotas para el biodiésel y permitirá la participación a plantas de Argentina e Indonesia

De esta forma, la norma deja de beneficiar únicamente a los productores de España y de la Unión Europea, como venían reivindicando los titulares de plantas españolas, y deja de suscitar cualquier connotación de represalia contra Argentina.

Esta orden del biodiésel había sido presentada por Industria en el primer Consejo de Ministros tras el anuncio del Gobierno argentino de su decisión de expropiar a Repsol un 51% de YPF. El propio Ejecutivo había indicado que en la reunión se abordarían medidas de respuesta a la decisión de Argentina, y la limitación a la entrada del biodiésel se perfilaba como la de mayor envergadura.

La orden ministerial publicada en el BOE un día después de aquel Consejo de Ministros identificaba a los sujetos que pueden solicitar las nuevas cuotas de producción de biodiésel y especificaba que las plantas de producción deben estar «ubicadas en España o en otro Estado miembro de la Unión Europea».

Además, presentaba la norma como una medida para «contribuir a la seguridad de abastecimiento energético, acrecentar la independencia energética y reducir el coste de las importaciones de petróleo, así como impulsar el sector de la producción de los biocarburantes español y comunitario».

De esta forma, se dejaba fuera del nuevo sistema de asignación de cuotas a las importaciones de biodiésel, especialmente de Indonesia y Argentina, que son los mayores proveedores. En el caso de Argentina, estas importaciones equivalieron a 719.473 toneladas en 2011 y alcanzaron un valor de 750 millones de euros.

No obstante, una orden ministerial publicada este sábado en el BOE modifica la del 20 de diciembre y elimina cualquier restricción geográfica. A partir de ahora, pueden solicitar cuotas de producción «los titulares de plantas o unidades de producción, independientemente de su ubicación geográfica», señala la orden.

En la solicitud de cuotas, los titulares deberán indicar la razón social, la ubicación de la empresa, el titular, el número de identificación fiscal y el código de actividad o establecimiento, «o documento equivalente en el país donde se ubicara la planta». Eso sí, tienen un plazo de 30 días a partir del 20 de diciembre para hacer las gestiones.

La nueva orden también eleva en medio millón de toneladas, hasta 5,5 millones de toneladas, las cantidades de producción sometidas al sistema de asignación de cuotas y establece que la convocatoria de reparto de estas cuotas será resuelta por la Secretaría de Estado de Energía.

Industria asegura que «el objetivo de esta modificación es aumentar el biodiésel disponible en el mercado español para el cumplimiento de los objetivos obligatorios de biocarburantes, dotando al mercado de la competitividad necesaria, tanto en precio como en calidad».

La primera orden ministerial, en la que se limitaba la entrada del biodiésel argentino, había provocado una queja formal de Argentina ante la Organización Mundial del Comercio (OMC).

A mediados de octubre, a los seis meses de la aprobación de la norma, el Ministerio de Industria dejó sin efecto la primera convocatoria de asignación de cuotas con el argumento de que «puede tener una repercusión negativa en los precios de los combustibles de automoción en un momento, como el presente, en el que estos alcanzan máximos históricos».

El Gobierno abre la importación de biodiésel a empresas de todo el mundo tras revocar su limitación

Preguntado por si este cambio conllevará que continúen las importaciones desde Argentina, Soria se ha limitado a señalar que hay que abrir el concurso a todo el mundo, «sin perjuicio de la que luego sea su resolución».

La semana pasada, el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó una orden que dejaba sin efecto la convocatoria para la asignación de cupos de biodiésel con el argumento de que su aplicación podría elevar los precios de los carburantes, que actualmente están en máximos.

Esta decisión dejaba sin efecto la orden aprobada por el Gobierno en abril para limitar las importaciones desde Argentina, en respuesta a la decisión del país austral de confiscar el 51% de YPF a Repsol.

Días antes, la Comisión Europea envió cartas a varios estados miembros, incluida España, para advertirles de la necesidad de cumplir las normas del mercado único sobre la importación de biodiésel procedente de países terceros, después de que Argentina denunciara el caso español ante la Organización Mundial del Comercio (OMC).

En una nueva propuesta de orden remitida por Industria a la Comisión Nacional de la Energía (CNE), se permite la participación en la asignación de cupos a todos los productores, independientemente de su ubicación geográfica, en tanto que la norma anterior limitaba esta opción a países de la Unión Europea.

Además, el departamento que dirige José Manuel Soria eleva en medio millón de toneladas, hasta las 5,5 toneladas, la cantidad anual máxima de biodiésel objeto de asignación de producción para el cómputo de los objetivos obligatorios en el uso de biocarburantes marcados por Bruselas.

Entre enero y mayo, en España se han consumido 612.000 toneladas de biodiésel, de las que el 82% (unas 505.000) han correspondido a importaciones procedentes mayoritariamente de Argentina y en menor medida de Indonesia. En 2011, las importaciones de este combustible concentraron el 74% del consumo nacional y, en 2010, el 62%.

Para los productores españoles, estos cambios de normativa prolongan la agonía de un sector que ve frenadas sus esperanzas de que se limiten las importaciones procedentes de países como Argentina, a las que acusan de competir deslealmente, pues pueden ofrecer precios más bajos al recibir ayudas públicas.

No obstante, los productores españoles confían en que el Gobierno encuentre otra vía para restringir la entrada de biodiésel argentino e indonesio porque el sector lleva más de seis años en pérdidas y ya no puede aguantar más, explicaron fuentes del sector.

El Gobierno abre la importación de biodiésel a empresas de todo el mundo tras revocar su limitación

Preguntado por si este cambio conllevará que continúen las importaciones desde Argentina, Soria se ha limitado a señalar que hay que abrir el concurso a todo el mundo, «sin perjuicio de la que luego sea su resolución».

La semana pasada, el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó una orden que dejaba sin efecto la convocatoria para la asignación de cupos de biodiésel con el argumento de que su aplicación podría elevar los precios de los carburantes, que actualmente están en máximos.

Esta decisión dejaba sin efecto la orden aprobada por el Gobierno en abril para limitar las importaciones desde Argentina, en respuesta a la decisión del país austral de confiscar el 51% de YPF a Repsol.

Días antes, la Comisión Europea envió cartas a varios estados miembros, incluida España, para advertirles de la necesidad de cumplir las normas del mercado único sobre la importación de biodiésel procedente de países terceros, después de que Argentina denunciara el caso español ante la Organización Mundial del Comercio (OMC).

En una nueva propuesta de orden remitida por Industria a la Comisión Nacional de la Energía (CNE), se permite la participación en la asignación de cupos a todos los productores, independientemente de su ubicación geográfica, en tanto que la norma anterior limitaba esta opción a países de la Unión Europea.

Además, el departamento que dirige José Manuel Soria eleva en medio millón de toneladas, hasta las 5,5 toneladas, la cantidad anual máxima de biodiésel objeto de asignación de producción para el cómputo de los objetivos obligatorios en el uso de biocarburantes marcados por Bruselas.

Entre enero y mayo, en España se han consumido 612.000 toneladas de biodiésel, de las que el 82% (unas 505.000) han correspondido a importaciones procedentes mayoritariamente de Argentina y en menor medida de Indonesia. En 2011, las importaciones de este combustible concentraron el 74% del consumo nacional y, en 2010, el 62%.

Para los productores españoles, estos cambios de normativa prolongan la agonía de un sector que ve frenadas sus esperanzas de que se limiten las importaciones procedentes de países como Argentina, a las que acusan de competir deslealmente, pues pueden ofrecer precios más bajos al recibir ayudas públicas.

No obstante, los productores españoles confían en que el Gobierno encuentre otra vía para restringir la entrada de biodiésel argentino e indonesio porque el sector lleva más de seis años en pérdidas y ya no puede aguantar más, explicaron fuentes del sector.

APPA acusa a la UE de limitar «sin base científica» los biocarburantes a partir de cultivos alimentarios

La Comisión Europea propuso limitar a un máximo del 5% del consumo total el uso en el transporte de biocombustibles procedentes de cultivos alimentarios (como el maíz, el trigo, la remolacha o la colza), mientras que mantiene el objetivo de que el 10% de los carburantes que se usen para el transporte en 2020 provengan de fuentes renovables. Así, el resto del cupo tendrá que cubrirse con biocarburantes de segunda generación, es decir, los fabricados a partir de residuos, algas y paja o mediante otras fuentes alternativas, que no interfieren de forma directa en la producción mundial de alimentos.

Bruselas quiere establecer esta limitación tras las críticas a la política de renovables de la Unión Europea por contribuir a la subida de precios de los alimentos y a la deforestación.

Según Günther Oettinger, comisario de Energía, «esta propuesta fomentará la producción de biocombustibles más avanzados que los actuales. En el futuro, los biocombustibles emitirán muchos menos gases de efecto invernadero, crearán puestos de trabajo y reducirán la factura de los combustibles que importamos«, dijo .

«Tenemos que invertir en biocombustibles que reduzcan realmente las emisiones y no compitan con la producción de alimentos. Ello no significa en modo alguno que abandonemos los biocombustibles de primera generación, sino que es una señal clara de que el crecimiento futuro de los biocombustibles debe venir de la mano de los biocombustibles avanzados. Cualquier otra cosa será insostenible», indicó por su parte la comisaria de Acción por el Clima, Connie Hedegaard.

Por su parte, APPA Biocarburantes valoró positivamente que la Comisión haya «rectificado» y haya desistido de su idea inicial de aplicar a los biocarburantes unos factores de emisión relacionados con el suelo de cultivo. Esta medida, señaló, habría supuesto la desaparición de la mayor parte de la industria europea y de sus 100.000 empleos.

No obstante, lamentó que la Comisión mantenga la limitación del 5% a los cultivos alimentarios porque, además de estar por debajo de la actual contribución española que se sitúa en torno al 7%, es una medida que «prejuzga negativamente sus impactos sin base alguna» y «olvida que la producción de biocarburantes es una importante fuente de coproductos para la alimentación animal».

Este límite pone en peligro el objetivo de un 10% de biocarburantes en los combustibles en 2020, señaló APPA, que además pidió que la propuesta comunitaria salvaguarde las «legítimas expectativas de las inversiones realizadas y previstas en plantas ya autorizadas», sin exigírseles incrementos adicionales en la reducción de sus emisiones de gases de efecto invernadero.

APPA se mostró de acuerdo en la necesidad de incentivar los biocarburantes fabricados con materias primas que tengan mayores ventajas ambientales y de seguridad de suministro, pero esta política debería realizarse mediante mecanismos que no reduzcan el consumo real de biocarburantes.

«En vez de seguir recurriendo a trucos contables, la Comisión debería proponer alternativamente objetivos mínimos de consumo o incentivos fiscales para estos biocarburantes que presentan ventajas adicionales«, afirmó la asociación.

La asociación espera que estos «defectos» puedan ser «corregidos» adecuadamente durante la tramitación legislativa del proyecto elaborado por la Comisión Europea, que ahora se inicia.

UPA acusó a la Unión Europea de demagogia por relacionar el uso de biocombustibles procedentes de cultivos agrícolas con la carestía y encarecimiento de alimentos, un problema que la organización agraria atribuyó más bien a los especuladores y a las incorrectas políticas de Bruselas.

El secretario de Agricultura de UPA, Nacho Senovilla criticó que Bruselas proponga ahora limitar el uso de biocombustibles que proceden de cultivos agrícolas porque la carestía y encarecimiento de alimentos está más relacionada con la especulación internacional que, en su opinión, la Unión Europea consiente al haber eliminado todos los mecanismos de intervención.

Si Europa quiere contribuir a la soberanía alimentaria, añadió, Bruselas debería cambiar radicalmente su política basada en los últimos años en dar subvenciones por no producir, cuando obliga al sector a dejar tierras en «barbecho blanco» e improductivas, cuando deberían fomentar la obtención de alimentos.

Para Greenpeace, la propuesta «hará poco para resolver el problema». «Si esta propuesta se convierte en ley, biocarburantes más perjudiciales para el clima que el petróleo crudo seguirán pudiendo usarse para cumplir los objetivos para un transporte limpio», denunció.

Los criterios de sostenibilidad que se aplican actualmente a los biocombustibles prohíben la conversión directa de bosques, humedales y zonas de gran diversidad biológica para la producción de biocombustible y obligan a que los biocombustibles emitan, como mínimo, un 35% menos de gases de efecto invernadero que los combustibles fósiles a los que sustituyen. En 2017, esta obligación pasará a ser del 50%.

Con todo, Bruselas admitió que «se corre el riesgo de que una parte de la demanda adicional de biocombustibles se cubra a costa de las tierras dedicadas a la agricultura en el mundo, lo que generaría un aumento indirecto de las emisiones». De ahí los cambios legislativos propuestos por el Ejecutivo comunitario.

En este sentido, la Comisión también pidió incrementar al 60% el umbral mínimo de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de las nuevas instalaciones, para «mejorar la eficiencia de los procedimientos de producción de biocombustible y desincentivar las inversiones en instalaciones cuyo rendimiento, medido en emisiones de gases de efecto invernadero, es malo».

Además, se incluirán los factores de cambio indirecto el uso del suelo en la comunicación por los suministradores de combustible y los Estados miembros de la disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero de los biocombustibles y biolíquidos.