De cómo José Manuel Soria se enteró del cierre de Garoña

FERNANDO MARTI SCHARFHAUSEN: Hola José, soy Fernando

JOSÉ MANUEL SORIA: ¿Qué tal Fernando?

FMS: ¿Ya estás por Canarias?

JMS: Si, si, ya he llegado.

FMS: Te llamaba y salía apagado. Seguro que estabas en el avión.

JMS: Sí, sí y recogiendo el equipaje, que esto de estar todas las semanas de ida y vuelta, ya sabes lo que tiene.

FMS: Tienes razón, es muy cansado, si. Ya te veo.

JMS: ¿Qué querías?

FMS: ¿Has visto internet?

JMS: No, no me ha dado tiempo.

FMS: Es que ya ha salido

JMS: ¿El qué?

FMS: Que el domingo cierran Garoña.

JMS: ¿De verdad? ¿Ya?

FMS: Si, lo han aprobado hoy en el Consejo de Administración.

JMS: Vaya, vaya,… y justo con la ley ya recién salida del Senado.

FMS: Si, bueno, ya sabes cómo son.

JMS: El lunes lo vemos, Fernando, gracias por tu llamada

FMS: A mandar, que para eso estamos.

JMS: Nada, nada, buen finde.

FMS: Lo mismo, José… ¿Te cuento un chiste?

JMS: El lunes que llego tarde a una cena.

FMS: Bye

JMS: Bye

De cómo José Manuel Soria se enteró del cierre de Garoña

FERNANDO MARTI SCHARFHAUSEN: Hola José, soy Fernando

JOSÉ MANUEL SORIA: ¿Qué tal Fernando?

FMS: ¿Ya estás por Canarias?

JMS: Si, si, ya he llegado.

FMS: Te llamaba y salía apagado. Seguro que estabas en el avión.

JMS: Sí, sí y recogiendo el equipaje, que esto de estar todas las semanas de ida y vuelta, ya sabes lo que tiene.

FMS: Tienes razón, es muy cansado, si. Ya te veo.

JMS: ¿Qué querías?

FMS: ¿Has visto internet?

JMS: No, no me ha dado tiempo.

FMS: Es que ya ha salido

JMS: ¿El qué?

FMS: Que el domingo cierran Garoña.

JMS: ¿De verdad? ¿Ya?

FMS: Si, lo han aprobado hoy en el Consejo de Administración.

JMS: Vaya, vaya,… y justo con la ley ya recién salida del Senado.

FMS: Si, bueno, ya sabes cómo son.

JMS: El lunes lo vemos, Fernando, gracias por tu llamada

FMS: A mandar, que para eso estamos.

JMS: Nada, nada, buen finde.

FMS: Lo mismo, José… ¿Te cuento un chiste?

JMS: El lunes que llego tarde a una cena.

FMS: Bye

JMS: Bye

«Me vuelve loca»

El secretario de Estado de Energía, Fernando Marti Scharfhausen, es una estrella interministerial en los órganos colegiados del Ejecutivo en los que participa. Su fama la precede en los distintos departamentos ministeriales. Fuentes solventes han confirmado la atención que concitan sus intervenciones en la Comisión de Subsecretarios y Secretarios de Estado que dirige la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Saenz de Santamaría, y que se reúne una vez a la semana (órgano cuya finalidad es preparar y dejar en suerte los temas que finalmente aprueba el Consejos de Ministros, exceptuando el contenido de lo que se trata en la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos).

Del mismo modo, su fama también ha trascendido hasta la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos, en la que los asistentes hablan del secretario de Estado de Energía. Todo esto, unido a sus intervenciones en la Comisión Parlamentaria de Industria, para hilaridad de los asistentes y los parlamentarios, van dibujando la imagen de Scharfhausen en el Gobierno. Por eso, ahora su notoriedad se extiende como una mancha de aceite en el Ejecutivo y sus aledaños.

Soraya Saénz de Santamaría confiesa estar «hasta el moño» de los chistes y del revuelo que genera en cada una de las convocatorias. «Viene con chistes y está como de chacota a todas horas y cuando viene siempre está intentado interesarse por los chismes de los otros ministerios, sobre Rodrigo Rato y los otros secretarios de Estado. De verdad, no puedo con él, es superior a mis fuerzas. Ya se lo he dicho a Soria, que el tal Scharfhausen me saca de quicio, me vuelve loca y que algo hay que hacer, porque este hombre es imposible, es imposible… Es incorregible. Vamos, que el día en que presentamos lo del Anteproyecto de Ley, me lo imaginaba al lado y me daba algo. Está por la primera vez que le haya escuchado hablar de energía«.

Scharfhausen ha confesado que ya había notado que la vicepresidenta le tenía manía. «Lo sabía. Lo que pasa es que yo soy un tío divertido, travieso, audaz y ambicioso. La verdad es que a mí esto de la política me va mucho, me mola cantidad, me pone de verdad, me va la marcha,… aunque era mejor lo de consejero en la CNE, que se cobraba más». Y apostilló para rematar la faena: «Soraya es como Teresa Fernández de la Vega, pero en jovencita, menos seca y más redondita».

«Me vuelve loca»

El secretario de Estado de Energía, Fernando Marti Scharfhausen, es una estrella interministerial en los órganos colegiados del Ejecutivo en los que participa. Su fama la precede en los distintos departamentos ministeriales. Fuentes solventes han confirmado la atención que concitan sus intervenciones en la Comisión de Subsecretarios y Secretarios de Estado que dirige la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Saenz de Santamaría, y que se reúne una vez a la semana (órgano cuya finalidad es preparar y dejar en suerte los temas que finalmente aprueba el Consejos de Ministros, exceptuando el contenido de lo que se trata en la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos).

Del mismo modo, su fama también ha trascendido hasta la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos, en la que los asistentes hablan del secretario de Estado de Energía. Todo esto, unido a sus intervenciones en la Comisión Parlamentaria de Industria, para hilaridad de los asistentes y los parlamentarios, van dibujando la imagen de Scharfhausen en el Gobierno. Por eso, ahora su notoriedad se extiende como una mancha de aceite en el Ejecutivo y sus aledaños.

Soraya Saénz de Santamaría confiesa estar «hasta el moño» de los chistes y del revuelo que genera en cada una de las convocatorias. «Viene con chistes y está como de chacota a todas horas y cuando viene siempre está intentado interesarse por los chismes de los otros ministerios, sobre Rodrigo Rato y los otros secretarios de Estado. De verdad, no puedo con él, es superior a mis fuerzas. Ya se lo he dicho a Soria, que el tal Scharfhausen me saca de quicio, me vuelve loca y que algo hay que hacer, porque este hombre es imposible, es imposible… Es incorregible. Vamos, que el día en que presentamos lo del Anteproyecto de Ley, me lo imaginaba al lado y me daba algo. Está por la primera vez que le haya escuchado hablar de energía«.

Scharfhausen ha confesado que ya había notado que la vicepresidenta le tenía manía. «Lo sabía. Lo que pasa es que yo soy un tío divertido, travieso, audaz y ambicioso. La verdad es que a mí esto de la política me va mucho, me mola cantidad, me pone de verdad, me va la marcha,… aunque era mejor lo de consejero en la CNE, que se cobraba más». Y apostilló para rematar la faena: «Soraya es como Teresa Fernández de la Vega, pero en jovencita, menos seca y más redondita».

Álvaro Nadal, partidario del «derecho a decidir»

En concreto, afirmó: «estando donde estoy, creo tener derecho a decidir», no tanto como catalán o economista, sino como macroeconomista, que es mucho más. «Tengo la capacidad de ver la economía con mucha más altura que los Ministrillos. Y, de hecho, si hay áreas del gobierno de segunda en economía, hay que reconocer quién está en primera división. Si alguien pensaba que me iba a conformar con hacerle el Power Point al presidente, se equivoca. Cada vez tengo más enemigos en el Gobierno, pero para eso estoy, para el derecho a decidir. El mío».

El asesor del presidente tampoco se mostró contrariado por las informaciones de responsables europeos y alemanes sobre sus formas y comportamientos, que lo tildan de miembro difícil en el Ejecutivo español. «Yo sé cómo tratarlos. Sé inglés y alemán y me entero de todo. ¿Qué se han pensado estos?», espetó Nadal al ser requerido sobre esta cuestión. Nadal aseguró que en el plano internacional se movía como pez en el agua «imponiendo las reglas, como Kicillof en Argentina. Ese sí que sabe lo que hace».

Y respecto a las empresas, también se despachó a gusto, asegurando que tienen intereses diferentes a los del Gobierno. «Lo que pasa es que los empresarios quieren tener seguridad jurídica, estabilidad regulatoria, mercados y tener resultados positivos en las cuentas de resultados y eso, desde la política, todo el mundo sabe que no puede ser, por mucha economía que sepan«.

Volvió a referirse al déficit tarifario y con brillo en los ojos decía «Ese tema, quita, quita y… derecho a decidir».

Álvaro Nadal, partidario del «derecho a decidir»

En concreto, afirmó: «estando donde estoy, creo tener derecho a decidir», no tanto como catalán o economista, sino como macroeconomista, que es mucho más. «Tengo la capacidad de ver la economía con mucha más altura que los Ministrillos. Y, de hecho, si hay áreas del gobierno de segunda en economía, hay que reconocer quién está en primera división. Si alguien pensaba que me iba a conformar con hacerle el Power Point al presidente, se equivoca. Cada vez tengo más enemigos en el Gobierno, pero para eso estoy, para el derecho a decidir. El mío».

El asesor del presidente tampoco se mostró contrariado por las informaciones de responsables europeos y alemanes sobre sus formas y comportamientos, que lo tildan de miembro difícil en el Ejecutivo español. «Yo sé cómo tratarlos. Sé inglés y alemán y me entero de todo. ¿Qué se han pensado estos?», espetó Nadal al ser requerido sobre esta cuestión. Nadal aseguró que en el plano internacional se movía como pez en el agua «imponiendo las reglas, como Kicillof en Argentina. Ese sí que sabe lo que hace».

Y respecto a las empresas, también se despachó a gusto, asegurando que tienen intereses diferentes a los del Gobierno. «Lo que pasa es que los empresarios quieren tener seguridad jurídica, estabilidad regulatoria, mercados y tener resultados positivos en las cuentas de resultados y eso, desde la política, todo el mundo sabe que no puede ser, por mucha economía que sepan«.

Volvió a referirse al déficit tarifario y con brillo en los ojos decía «Ese tema, quita, quita y… derecho a decidir».

Clint Eastwood se inspiró en Marti Scharfhausen

El veterano actor y director norteamericano Clint Eastwood fue la estrella invitada de la convención republicana que nominó a Mitt Romney y en la que públicamente desgranó un discurso, dirigiéndose a una silla vacía, que representaba al presidente Barack Obama, haciendo al presidente afroamericano «blanco de sus invectivas». El discurso fue entendido por todos los presentes en Tampa (Florida) como una increpación al presidente ausente.

Sin embargo, al parecer, esta idea tuvo su origen en un país tan lejano como España. El director de «Sin Perdón” aseguró en una entrevista concedida a Energía Diario que, en realidad, la idea de la silla vacía se le ocurrió en el último momento, justo antes de salir al escenario y, por clara inspiración en el papel del secretario de Estado de Energía en España. «Tenía noticia de que el tal Scharfhausen tenía un cargo en España y de algo gordo, como la energía, con problemas importantes para los españoles. Pues al parecer, el tipo quiere pasar desapercibido, no sabe cómo hincarle el diente a los temas, no habla con las empresas, los sectores, no se sabe nada y todo lo ve desde la jodida política».

«También supe por mis amigos españoles que este hombre no se sabe dónde está, ni qué hace, sobre todo en un país sin fuentes propias de energía». «Lo llevaron con los mineros y estos se lo pasaron bomba», dice el veterano actor y director. Además «su jefe le hace el trabajo, sus reuniones de cháchara y nada más. Todo el mundo está negro con él y, además, en España la están liando».

Eastwood remachó «por eso cuando dije que ‘los políticos trabajan para nosotros’ también apunté que si hay algún gobernante que no sirve, hay que quitarlo. Pero bueno, para mí, el tal Marti, fue una inspiración muy buena». Vamos, que Eatswood no quiere nunca más sillas vacías.

Clint Eastwood se inspiró en Marti Scharfhausen

El veterano actor y director norteamericano Clint Eastwood fue la estrella invitada de la convención republicana que nominó a Mitt Romney y en la que públicamente desgranó un discurso, dirigiéndose a una silla vacía, que representaba al presidente Barack Obama, haciendo al presidente afroamericano «blanco de sus invectivas». El discurso fue entendido por todos los presentes en Tampa (Florida) como una increpación al presidente ausente.

Sin embargo, al parecer, esta idea tuvo su origen en un país tan lejano como España. El director de «Sin Perdón” aseguró en una entrevista concedida a Energía Diario que, en realidad, la idea de la silla vacía se le ocurrió en el último momento, justo antes de salir al escenario y, por clara inspiración en el papel del secretario de Estado de Energía en España. «Tenía noticia de que el tal Scharfhausen tenía un cargo en España y de algo gordo, como la energía, con problemas importantes para los españoles. Pues al parecer, el tipo quiere pasar desapercibido, no sabe cómo hincarle el diente a los temas, no habla con las empresas, los sectores, no se sabe nada y todo lo ve desde la jodida política».

«También supe por mis amigos españoles que este hombre no se sabe dónde está, ni qué hace, sobre todo en un país sin fuentes propias de energía». «Lo llevaron con los mineros y estos se lo pasaron bomba», dice el veterano actor y director. Además «su jefe le hace el trabajo, sus reuniones de cháchara y nada más. Todo el mundo está negro con él y, además, en España la están liando».

Eastwood remachó «por eso cuando dije que ‘los políticos trabajan para nosotros’ también apunté que si hay algún gobernante que no sirve, hay que quitarlo. Pero bueno, para mí, el tal Marti, fue una inspiración muy buena». Vamos, que Eatswood no quiere nunca más sillas vacías.

Fallida entrevista «divertida» al Ministro Disgusto

La anécdota, atribuida a Javier Arenas, en la que afirmaba que el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, ya habría discutido con todos los que le acompañaban en el ascensor de la sede del Partido Popular en Génova durante un trayecto de tres plantas, sirvió a un diario canario (junto con otros hechos relacionados y comentarios más o menos afortunados), para ponerle el sobrenombre de «Ministro Disgusto».

El hecho, es que este domingo pasado en la entrevista de Karmentxu Marín en la contraportada de «El País«, podíamos ver la foto de perfil de Soria con una bombilla en la mano. Si los servicios de prensa del Ministerio de Industria, Energía y Turismo querían trabajar la imagen de su ministro para hacer un hombre con sentido del humor, lo cierto es que les salió el tiro por la culata.

En realidad, la entrevista proyectó la imagen de un hombre hermético, parco, relativamente hosco, llegado del archipiélago con muchas reservas sobre su negociado. Incluso rozó el simplismo, cuando le preguntaron si iba mejor con pilas o enchufado a la red y respondió con electricidad, cuando todo el mundo conoce que los dos sistemas utilizan electricidad (la red eléctrica y una pila eléctrica).

Otro empeño de la entrevista pudo ser tratar de difuminar esta tendencia del ministro a aspirar a ser presidente de Canarias, con una continua e incesante actividad política en las islas. Existe una imagen en la villa y corte de que los asuntos canarios le atraen sobremanera, incluso los asuntos de política general, más allá que el hecho de sentarse y dedicar horas a profundizar, dialogar y comprender los graves problemas de su cartera.

En este sentido, se limitó a señalar sus fracasos anteriores consecutivos en el asalto electoral al gobierno de Canarias, como justificación de un cierto bajar los brazos, de una pose de cierta indiferencia hacia esa carrera. También pudo ser que intentara sacarse la imagen de que Soria quería mejorar su hoja de servicio de cara a esta posición, aunque las medidas que ha ejercido o que ha dejado hacer sobre el suministro en las islas hablan en su contra. Así, de fracaso en fracaso, de negación en negación, lo cierto es que la entrevista no tuvo mucha gracia y humor.

Proponemos, caso de que el interés sea más departamental que personalista, que le hagan esta entrevista a Marti Scharfhausen, cuyos chistes y ocurrencias son públicos, conocidos en el universo mundo y mucho más frecuentes.

Fallida entrevista «divertida» al Ministro Disgusto

La anécdota, atribuida a Javier Arenas, en la que afirmaba que el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, ya habría discutido con todos los que le acompañaban en el ascensor de la sede del Partido Popular en Génova durante un trayecto de tres plantas, sirvió a un diario canario (junto con otros hechos relacionados y comentarios más o menos afortunados), para ponerle el sobrenombre de «Ministro Disgusto».

El hecho, es que este domingo pasado en la entrevista de Karmentxu Marín en la contraportada de «El País«, podíamos ver la foto de perfil de Soria con una bombilla en la mano. Si los servicios de prensa del Ministerio de Industria, Energía y Turismo querían trabajar la imagen de su ministro para hacer un hombre con sentido del humor, lo cierto es que les salió el tiro por la culata.

En realidad, la entrevista proyectó la imagen de un hombre hermético, parco, relativamente hosco, llegado del archipiélago con muchas reservas sobre su negociado. Incluso rozó el simplismo, cuando le preguntaron si iba mejor con pilas o enchufado a la red y respondió con electricidad, cuando todo el mundo conoce que los dos sistemas utilizan electricidad (la red eléctrica y una pila eléctrica).

Otro empeño de la entrevista pudo ser tratar de difuminar esta tendencia del ministro a aspirar a ser presidente de Canarias, con una continua e incesante actividad política en las islas. Existe una imagen en la villa y corte de que los asuntos canarios le atraen sobremanera, incluso los asuntos de política general, más allá que el hecho de sentarse y dedicar horas a profundizar, dialogar y comprender los graves problemas de su cartera.

En este sentido, se limitó a señalar sus fracasos anteriores consecutivos en el asalto electoral al gobierno de Canarias, como justificación de un cierto bajar los brazos, de una pose de cierta indiferencia hacia esa carrera. También pudo ser que intentara sacarse la imagen de que Soria quería mejorar su hoja de servicio de cara a esta posición, aunque las medidas que ha ejercido o que ha dejado hacer sobre el suministro en las islas hablan en su contra. Así, de fracaso en fracaso, de negación en negación, lo cierto es que la entrevista no tuvo mucha gracia y humor.

Proponemos, caso de que el interés sea más departamental que personalista, que le hagan esta entrevista a Marti Scharfhausen, cuyos chistes y ocurrencias son públicos, conocidos en el universo mundo y mucho más frecuentes.