Castilla y León planea reducir un 32,45% su consumo de energía y un 30,24% sus emisiones de CO2 en 2020

Europa Press.- La Junta de Castilla y León pondrá en marcha una nueva Estrategia de Eficiencia Energética, la tercera desde 2002, con un «ambicioso objetivo» que busca rebajar un 32,45% el consumo de energía final y reducir un 30,24% las emisiones de CO2 en 2020, sin alterar el mix autonómico de generación eléctrica en el que el carbón mantiene un hueco «por razones estratégicas» con un «papel preponderante» para las energías renovables.

Así lo anunció la consejera de Economía y Hacienda, Pilar del Olmo, tras aprobarse la nueva Estrategia de Eficiencia Energética, que contempla 79 medidas para reducir el consumo de energía y las emisiones hasta un 12% por encima de los objetivos marcados por la Unión Europea. «Es mucho más ambicioso», ha destacado la consejera, que ha recordado que no es tan fácil rebajar consumo y emisiones contaminantes en una etapa de crecimiento económico. Dicho esto, ha significado los resultados de los dos planes de eficiencia energética puestos en marcha en 2002-2007 y 2008-2012 con un ahorro energético del 20,89% en Castilla y León en relación a los indicadores de 1990 que fija la Unión Europea.

«Este dato implica que Castilla y León ha cumplido 7 años antes las metas marcadas por Europa, que instaba a las regiones a aumentar la eficiencia energética en el 20% en 2020 respecto a 1990 y a reducir en el 20% las emisiones de CO2 en el mismo horizonte», precisó la consejera, quien destacó la «importante mejora» de la competitividad empresarial que aportan estas medidas.

La ejecución de las 79 medidas programadas hasta 2020 implicará un esfuerzo inversor de 799,1 millones que serán aportados por el sector privado, con 547,9 millones, y por el público, con 251,2 millones, tanto con fondos de carácter autónomo como estatales y europeos en este caso con la cofinanciación del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), a través de subvenciones, préstamos a coste cero o a bajo interés, inversiones directas o participación en proyectos estratégicos.

Según ha precisado Del Olmo, el sector industrial absorberá el 51,3% del volumen global de recursos, seguido del sector de edificación (25,1%), del transporte (10,8%), de las mejoras en servicios públicos de las administraciones locales (10%) y de la Administración autonómica (2,4%). Al capítulo de I+D+i se dirigirán el 0,3% de los fondos y el 0,1% a iniciativas de difusión de un consumo responsable. La mayor parte de la reducción de emisiones de CO2 prevista corresponde al transporte, con 1,1 millones, seguidas de la industria (844.500), edificios (447.600), entidades locales (98.800) y Administración autonómica (23.600).

Entre las medidas para mejorar la competitividad de la industria y el sector ganadero, con el reto de conseguir una tercera parte del ahorro estimado para 2020, destacan el fomento de inversiones de eficiencia en los procesos, equipos e instalaciones de las compañías y la diversificación de las fuentes empleadas en la producción a través de la convocatoria de subvenciones. Se pretende introducir también «la mejor tecnología disponible», implantar sistemas de gestión energética UNE-EN-ISO-50001 o aplicar técnicas sobre agricultura de conservación, reducción del consumo de agua e introducción de motores y bombas de mayor rendimiento.

Eficiencia energética en los edificios

El segundo bloque del documento se centra en la edificación, que abarca los subsectores doméstico, comercio y servicios y hostelería. En el ámbito de los hogares se establecen medidas de apoyo para la sustitución de equipos consumidores de energía por otros de alta eficiencia energética además de incentivos para los edificios de energía cero (near zero energy building, en inglés). En lo que se refiere a los inmuebles del sector terciario, persigue fomentar mejoras en los sistemas de climatización, iluminación y aislamiento térmico. La estimación es que la disminución del consumo logrado con estas acciones represente el 17,7% del objetivo total previsto, cifró Del Olmo.

El transporte es el primer sector consumidor de energía final, con casi el 40% del total en Castilla y León, con el objetivo de que asuma el 44% del ahorro proyectado en la estrategia. En este campo se trabajará en la transición hacia modelos de movilidad de personas y mercancías más eficientes a través de planes de transporte sostenibles; en la planificación de infraestructuras que favorezcan la incorporación de vehículos alternativos y en la promoción del uso de combustibles distintos de los convencionales mediante ayudas. Por su parte, la Junta continuará con el plan de desarrollo del coche eléctrico e híbrido enchufable en la Administración.

El cuarto capítulo gira en torno al consumo energético derivado de la prestación de servicios públicos por parte de las entidades locales, tanto en electricidad (alumbrado público y de edificios, además del ciclo del agua), como en gasóleo para edificios y vehículos, gas natural y gasolina. Entre las iniciativas previstas, destacan los programas de colaboración con ayuntamientos y diputaciones para acometer mejoras en edificios, sistemas de alumbrado exterior y de depuración y abastecimiento de aguas ya que el 4% del objetivo de ahorro fijado para 2020 corresponde a este ámbito.

En la Administración autonómica, quinto apartado del plan, se articulan medidas de optimización por la vía de la sustitución de calderas, instalaciones de refrigeración y ventanas, y otras mejoras en los sistemas de iluminación y climatización en oficinas, hospitales, colegios, centros de salud y de servicios sociales. En este ámbito, el Ente Regional de la Energía (EREN), dependiente de la Consejería de Economía y Hacienda, potenciará el uso de la herramienta OPTE (Optimización de Tarifas Eléctricas), para que la Junta contribuya con el 9,4% al ahorro de energía estimado para el conjunto de Castilla y León al finalizar el periodo de vigencia de la estrategia.

El sexto eje está dedicado a la I+D+i y pretende orientar la investigación científica, el desarrollo tecnológico y la innovación hacia la energía segura y sostenible. Para Del Olmo, merece una mención especial la propuesta de sellar acuerdos entre el EREN y grupos de investigación de las universidades públicas de Castilla y León en materia de eficiencia energética. Finalmente, el séptimo área de la Estrategia de Eficiencia Energética de Castilla y León planifica acciones informativas, formativas y de sensibilización dirigidas a ciudadanos, grandes empresas, pymes e instituciones, que se canalizarán a través de la web del EREN, de jornadas y de los medios de comunicación.

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