Brufau cede el poder ejecutivo de Repsol a Imaz mientras se prepara la integración de Talisman Energy

La adquisición de Talisman, acordada a finales del pasado año y que se cerrará la próxima semana, será «transformadora» para Repsol, ya que multiplicará el volumen del grupo y diversificará su perfil de riesgo, según indicó Imaz en su intervención en la junta general de accionistas de la compañía. La integración de la canadiense, tras una compra valorada en 10.400 millones de euros, colocará a Repsol entre las quince mayores petroleras privadas del mundo al tiempo que diversificará sus riesgos al incorporar activos de Talisman en Norteamérica, Europa y el norte de África y Asia-Pacífico.

El consejero delegado detalló que con esta integración, la producción neta de Repsol, calculada para 2014, pasa de 355.000 a 656.000 millones de barriles equivalentes de petróleo diarios, prácticamente el doble, y las reservas netas se multiplican por 1,5. De esta manera, el grupo español reforzará su carácter de «compañía integrada» con una «posición mayor» en el área de exploración y producción (upstream), dando lugar a una «nueva Repsol» que presentará antes de que termine el ejercicio 2015 un plan estratégico para el período 2016-2020 y una nueva estructura organizativa.

En este contexto, Imaz asumió, por decisión del consejo de administración, la totalidad de las funciones ejecutivas del grupo, que hasta ahora compartía con su presidente, Antonio Brufau. El propio Brufau anunció el fin de este «proceso de cambios en la línea ejecutiva» de la petrolera al considerar que «el primer ejecutivo tiene que tener todas las capacidades profesionales» en un momento en que «toca clarificar el futuro de la casa». Por ello, el presidente apuntó que la mayor juventud de Imaz permite pensar en el plazo de los próximos 15 años para situar a Repsol «en el lugar en el que ahora la visualizamos». «Es la mejor persona para liderar este proyecto», sentenció Brufau.

Brufau, por su parte, renovó su presencia en el consejo y se mantendrá como presidente no ejecutivo del grupo, un cargo que le reportará una retribución bruta de 2,5 millones de euros anuales tal y como se anunció en febrero. Entonces también se señaló que el presidente renunciaba a su indemnización por terminación anticipada de contrato o blindaje. El cese en las funciones ejecutivas constituía uno de los supuestos por los que Brufau tenía derecho a recibir una compensación económica por valor de 14,2 millones de euros, justificada a modo de blindaje para evitar que se produjese una «concurrencia postcontractual».

El importe de 2,5 millones anuales que finalmente recibirá a cambio de renunciar a estos 14,2 millones se mantendrá fijo hasta la junta del año 2019, momento en el que se extinguirá su nuevo contrato, indicó la petrolera. Durante los próximos cuatro años podrá seguir disfrutando de retribuciones en especie y, en caso de que se extinga el contrato de forma anticipada, tendrá derecho a recibir el importe pendiente de pago de cada anualidad hasta 2019, salvo que haya un desistimiento voluntario por su parte. Durante su intervención, Brufau destacó la capacidad de Repsol de seguir creciendo en un momento de precios bajos del crudo, principalmente gracias a su fuerte posición en el refino (downstream).

Precio del petróleo se recuperará

El presidente confía en que «el precio del petróleo volverá a situaciones bastante razonables más pronto que tarde» siempre que no ocurran sucesos geopolíticos inesperados. En su opinión, el precio se ajustará tanto por la vía de la oferta, ya que desistirán las inversiones en algunos proyectos, especialmente en los yacimientos no convencionales, cuya explotación no es rentable a la cotización actual del crudo, como de la demanda, ya que el abaratamiento de las materias primas impulsará el crecimiento y el consumo de productos energéticos.

En este sentido, Brufau explicó a los accionistas que, contrariamente a lo realizado hasta ahora, la OPEP renunció a reequilibrar el mercado al mantener su producción con el deseo de mantener cuota de mercado, aún a costa de permitir el hundimiento del precio del petróleo. Por ello, consideró que los yacimientos no convencionales, con unos costes de producción más caros al situarse generalmente a más profundidad que los tradicionales, «no pueden operar con el barril a 60 dólares» por no ser rentables. De hecho, apuntó a que las compañías que operan estos yacimientos ya están reduciendo sus inversiones, ocasionando una «ligera» caída de la producción.

Respecto a la evolución del entorno económico a nivel global, Brufau destacó la apreciación del dólar como una buena noticia para la petrolera dado que es la divisa en la que cotiza el petróleo, lo que tiene un efecto positivo para su cuenta de resultados. Además, consideró que la caída «fuerte» del precio del petróleo, de su valor máximo de 115 dólares por barril en junio y su mínimo de 47 dólares marcado el pasado enero, es «positiva» para la economía de los países porque el aumento de renta disponible posibilita un mayor aumento de la demanda de productos energéticos.

El ejecutivo indicó como «evidente» que 2014 marcó el inicio de la recuperación económica de España. «Sin lugar a dudas estamos ante un cambio de ciclo; 2014 supone un antes y un después para España», manifestó el presidente de Repsol, que constató un incremento de la actividad económica y de la confianza en España. Por ello, ante el panorama político que ofrece España para las próximas fechas y también dirigiéndose a Europa, Brufau apostó por «continuar con las políticas en marcha» y ahondar en la «corrección de desequilibrios» para seguir reforzando la confianza de los mercados en la economía española.

Además, la junta de accionistas de Repsol aprobó la modificación estatutaria por la que se retira el cambio introducido el pasado año para dificultar la separación de los negocios de exploración y producción de los de refino y comercialización. Esta cautela, incorporada en 2014 en pleno conflicto con su antiguo accionista Pemex, se considera ahora innecesaria al quedar cubierta por otros cambios más generales introducidos en cumplimiento de la nueva ley de sociedades de capital.

Para quien hubo referencias fue para la expropiada YPF. Brufau reconoció como «un desacierto» haber puesto demasiado capital «en un país, Argentina, en el que la seguridad jurídica no es la que cabría esperar«. Todo un guiño a la nuestra estrategia que ofrece la integración de Talisman, con activos repartidos principalmente por países de la OCDE. Eso sí, Brufau destacó que al desprenderse en los últimos años del 100% de YPF, la petrolera española se hizo con 13.000 millones de dólares, mientras que su valor actual está en 11.500 millones.

También dio luz verde a la distribución de un dividendo complementario con cargo a 2014 de 0,5 euros, una cantidad similar a la abonada en enero a cuenta de ese mismo ejercicio y que como esta se pagará bajo la modalidad flexible, que permite cobrar en efectivo o nuevas acciones, así como una ampliación de capital. También se aprobó, además de los cargos de Brufau e Imaz, la reelección de los consejeros Luis Carlos Croissier, Angel Durández, Mario Fernández, José Manuel Loureda y Jhon Robinson, que también deberá ser ratificado.

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